Tirso ‘TJ’ Domínguez, quien fue el piloto de avión del famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, ha hablado sobre su vida en el pódcast documental titulado ‘Cocaine Air’, del que se facilitó una copia al periódico británico The Guardian.
«Nunca quise meterme en la cocaína porque los [contrabandistas] de cocaína eran los malos… los que mataban», explicó. «No apruebo las drogas. Nunca he consumido drogas. Fui víctima de una estafa que, en realidad, me empujó en la dirección en la que terminé», añadió.
Asimismo, indicó que antes de trabajar para Escobar ganaba 4 millones de dólares al mes transportando droga, hasta que el narcotraficante le ofreció 20 millones de dólares mensuales por realizar el mismo trabajo, oferta que aceptó.
No obstante, más tarde comenzó a pagarle en cocaína. En ese momento, Domínguez pasó de ser un contrabandista de cocaína a un traficante, lo que significaba que podía transportar el producto, venderlo, cobrar las ganancias, lavar el dinero e invertir los fondos, todo por su cuenta, sin necesidad de contar con intermediarios.
«Tenía 30 Lamborghinis y vestía bien. Me traían el coche que combinaba con la camisa que había decidido ponerme ese día», continuó ‘TJ’, que ahora tiene 73 años. También detalló que en su apogeo llegó a tener una mansión, una empresa de venta de móviles, una urbanización, un negocio de aviones y barcos chárter y un concesionario de coches exóticos, e incluso un puma como mascota.
Pero todo se terminó en abril de 1988, cuando fue arrestado y acusado de introducir ilegalmente más de cinco toneladas de marihuana y cocaína en el sur de Florida (EE.UU.) entre julio de 1984 y diciembre de 1985. Tras declarase culpable de distribuir cocaína y marihuana, así como de blanqueo de dinero, pasó 13 años en prisión, incluidos dos en régimen de aislamiento.
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