“El racismo no está empeorando, solo es que ahora se está grabando».
Con estas palabras el actor afroestadounidense Will Smith explicaba hace unos años cómo las cámaras de los móviles estaban permitiendo grabar la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.
No es que el problema se produzca más a menudo, venía a decir el actor, es que antes no era visible.
El pasado lunes volvió a pasar y la ciudad de Minneapolis, en el noroeste de Estados Unidos, se ha vuelto a llenar de protestas y violentos enfrentamientos con la policía por la muerte de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años.
¿Qué sucedió?
Darnella Frazier que pasaba por la calle, sacó su móvil mientras asistía horrorizada a una escena en la que Floyd, esposado y desarmado, quedaba inconsciente bajo la presión de la rodilla del oficial de policía que lo había detenido.
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